Los Gatos Ladrones fueron dos delincuentes que robaron la tablilla del Rey Ramsés de su tumba para venderla por su valor. Su única aparición es en el episodio La Maldición del Rey Ramsés.
Apariencia[]
Uno de los gatos es alto y tiene pelaje rojo, orejeras anaranjadas, nariz azul y un suéter verde claro con una franja verde oscuro. El otro gato es más bajo y tiene pelaje azul, orejeras rosadas, nariz naranja, un sombrero verde oscuro con una banda marrón alrededor, una camisa naranja, corbata negra y una chaqueta verde oscuro.
Personalidad[]
Los Gatos Ladrones eran codiciosos y estaban dispuestos a robar para ganar dinero y fueron lo suficientemente tontos como para tentar al Rey Ramsés por esto. Sin embargo, es evidente que son inteligentes hasta cierto punto, ya que entierran la losa junto a la bomba de agua de los Bolsa y planean volver a buscarla cuando la policía abandone su búsqueda.
Historia[]
Los ladrones se ven por primera vez alejándose a toda velocidad con un helicóptero de la policía persiguiéndolos porque robaron la tablilla del Rey Ramsés de una tumba. El gato rojo reclama constantemente a su compañero a conducir más rápido, recordándole que estarían acabados si los atraparan con la tablilla. El gato azul está de acuerdo y, por lo tanto, sugiere que escondan la tablilla por el momento hasta que la policía cancele la búsqueda. Pasan por la residencia de los Bolsa donde deciden enterrarlo junto a la bomba de agua, planeando regresar por él, cuando la policía dejen de buscarlos. Mientras los ladrones se preparan para despegar, el gato azul se da cuenta de que el camino había desaparecido. Luego se les acerca el fantasma del faraón, quien les advierte que devuelvan la tablilla de inmediato o sufrirán su maldición como consecuencia. Sin embargo, los dos criminales felinos simplemente se miran confundidos y cuestionan al fantasma egipcio con incredulidad. Ramsés convoca una oleada de langostas que instantáneamente rodean el auto de los ladrones. Los dos gatos gritan horrorizados cuando los insectos se acercan a ellos, devorándolos a ellos y a su auto como castigo por negarse a prestar atención a la advertencia del faraón fantasmal.